¡Ha llegado el verano!, y como las aves
migratorias, viene bien cambiar de aires, en mi caso, siempre busco territorios un poco más fresquitos, que agotan menos, aunque reconozco que se trata de una excusa maravillosa para escapar.
Así que,
toca hacer maletas, y si se comparte lo que decía Antoine de
Saint-Exupery de que “para viajar feliz, se debe viajar ligero”,
es decir, dejar todo lo que se pueda, hay algo de lo que no vamos a
prescindir a estas alturas, y es cargar algunos libros. Este año, al
final los elegidos han sido estos 8:
Americana, de Don DeLillo: por tratarse
de una novela que cuenta con un lúcido análisis de la sociedad
norteamericana, y que aún hoy parece que mantiene su vigencia.
El Arca de Noé, de Khaled Al Khamissi: conocí a este autor con su otro libro “Taxi”, que me gustó mucho. Por eso, cuando supe de esta segunda
novela suya, quise continuar con el escritor. En esta ocasión trata de la necesidad de los egipcios de emigrar, una cruda realidad que se nos presenta a través de historias entrecruzadas, maravillosamente narradas.
Don Quijote de la Mancha, de Miguelde Cervantes y adaptada por Andrés Trapiello: muy interesante, porque
se trata de una edición “traducida” a nuestro lenguaje del siglo
XXI, y sin perder en el intento la obra original. Un trabajo
impecable que recupera para todo lector de nuestro tiempo un libro
universal.
La familia Máshber, de Der Nister: muy
golosa por su narrativa de calidad y por tratarse de una de las pocas
novelas que nos llega de lo que es literatura yiddish. Se desarrolla
en el siglo XIX en un pueblecito ruso de mayoría judía, donde el
mercado, la religión y las costumbres judías lo impregnan todo.
Viajes con Charley, de John Steinbeck:
porque ya que estamos en época de vacaciones en la que las ganas de
“vagabundear” por las carreteras se hacen de lo más contagiosas;
pasa que si nos encontramos con un libro en el que John Steinbeck, con ese
mismo impulso, emprende viaje por Estados Unidos, en una camioneta a
modo de autocaravana (autobautizada como Rocinante, jeje) y con la
sola compañía de su perrito Charley, … ¡Hay que picar!
El efecto Berkeley, de Juan Arnau:
viene muy bien, después de la ligereza que nos dan unas
vacaciones, aprovechar ese tiempo que no conoce de estrés para leer de forma amena algo de
filosofía. Ya probé a este autor con “El cristal Spinoza”,
en aquella ocasión la figura era el filósofo Spinoza; en esta ocasión nos vamos a
ir con Berkeley.
Elling, Hermanos de sangre, de IngvarAmbjørnsen: cuando se tienen hijos, a veces uno se puede preguntar si tal y como están las cosas, estos hijos permanecerán en el nido 'sin solución de continuidad', ¡horror!. En esta
novela, que dicen ser muy divertida y original, el protagonista es un
madurito de 40 años que por primera vez se decide a salir del nido parental. Veremos qué pasa con este joven, jeje.
También esto pasará, de Milena Busquets: una lectura llena de frescura, libertad, y calidez, en
la que bajo la aparente ligereza de unos personajes fuera del canon
convencional, se esconde una agradable y sincera intimidad. Está basada
en el espacio vacío que una hija experimenta tras la pérdida
de una madre. Esa madre es Esther Tusquets; y la hija, la propia escritora.
Me despido hasta septiembre con algo que nos haga saltar de las sillas. y ¡Os deseo a todos un maravilloso verano!:
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