3

Taxi



Escritor: Khaled Al Khamissi

¿Nos vamos de viaje a El Cairo? Con este libro, recopilación de las conversaciones que el autor ha ido manteniendo a lo largo de un año 2004-2005, con diferentes taxistas de El Cairo, hablaremos con muchos, muchos taxistas que nos enseñará a través de sus ojos, El Egipto actual. Se habla de política, educación, de economía, de amor ….

El principio del libro es así:
“ ¡Dios mío! ¿Cuántos años tendría ese taxista?.... tenía tantas arrugas en el rostro como estrellas hay en el cielo. Cada arruga se juntaba con la siguiente con ternura, como si se tratara de un rostro egipcio esculpido por Mujtar….. sus ojos…. Emanaban un estado de paz interior que nos transmitía, tanto a mí como al resto del mundo, una gran tranquilidad…… por alguna razón desconocida me acordé de mi poeta belga preferido, Jacques Brel, y de lo equivocado que estaba cuando compuso un famoso poema que cantaba:
“Qué bella es la muerte comparada con la senectud,
Pues la muerte en cualquier forma es preferible a la vejez”
Si Brel se sentara junto a este hombre como lo hago yo ahora, borraría su poema”


Por supuesto el libro no es tan poético como pudiera desprenderse de este primer párrafo.

Tenemos el taxista que nos dice: "Los candidatos a las elecciones presidenciales que se presentan, son para morirse de risa, se trata de un juego del gobierno, es un puro teatro, para aparentar ante los norteamericanos que es un gobierno democrático, para que no les corten la ayuda y la economía se derrumbe. Algunos clientes les ha contado que a esos actores le pagan, un supuesto candidato contra Mubarak incluso le dijo que iba a votar a Mubarak, no me lo creía, pero me juró que iba en serio.
La cuestión es que no es que Mubarak sea el mejor, sino que es el único al que se le puede votar. Por eso no voto, pero los que votan, ¿A quién van a votar?"

Tenemos el taxista, que sobre la democracia dice: "¿Sabe cuál es la realidad? Que no hay democracia en ningún lugar del mundo, en nuestro caso no hay duda, pero en los demás es más ó menos lo mismo. En EEUU la gente va a votar a dos partidos, que en realidad son lo mismo, igual pasa en Europa. La diferencia entre ellos y nosotros no está en la democracia, que no es más que una ilusión existente sólo en los libros, sino en las leyes: ellos tienen leyes que se aplican y nosotros no. Esta es la diferencia".

Tenemos el taxista que sobre la educación, nos dice: "¿Colegio?¿Cómo que colegio? no sabe ni escribir su nombre ¿Usted llama a eso colegio? Ya ve cómo es la enseñanza gratuita. Ahora si no se paga nada, nada se consigue….. la educación para todos no fue más que un sueño que para muchos se ha quedado sólo en fachada. La educación es obligatoria para todos, pero en realidad son los ricos los que estudian, los que trabajan y los que ganan dinero; los pobres ni estudian, ni trabajan, ni ganan nada".

Tenemos los taxistas que nos cuentan chistes, como éste: "¿Sabéis cuál es la teoría del matrimonio? Antes del matrimonio, tú hablas y ella escucha. Después del matrimonio, ella habla y tú escuchas. Y después de tres años de matrimonio, habláis los dos y se enteran los vecinos".

No podía faltar el taxista sabio, al que quisiéramos tener cerca: "llevo 30 años dividiendo el día en tres jornadas, una la paso en el taxi, otra con mi mujer e hijos, y la tercer la dedico a pescar en el Nilo mientras purifico mi alma, mi cuerpo y mis ojos…… si todos los de este país se sentasen a contemplar la superficie del Nilo, nuestra vida sería completamente distinta. No habría corrupción ni sobornos porque el hombre puro es incapaz de cometer errores".

Y como despedida, el taxista ex-pintor de cuadros, el ángel negro, de alas negras como lo bautiza el escritor, pues era un negro de Aswan, de voz dulce, y rondando los 60 años, que por exigencias de la vida abandona la pintura. Y dice este buen hombre: "A medida que pasa el tiempo, uno deja atrás cosas a las que es imposible volver. Trabajo en el taxi unas cuantas horas y paso el resto del día en mi casa; no salgo de ella. Es mi nido, lo único que tengo en el mundo. Intento que sea un nido cómodo. Sepa que cuando estoy en mi casa, estoy fuera del espacio y del tiempo. Mis ojos están en los peces y mis oídos con el ritmo de los pájaros y por la noche respiro el aroma de la madreselva".

Termina el escritor diciendo: "al final, me hizo intentar convertir mi hogar en un nido como el que me había descrito. Pero, ¿dónde consigo unas alas como las suyas?"


3 comentarios:

  1. Grato el ramillete de comentarios del libro, sugerente el comentario del último taxista, el de la atemporalidad del vivir en casa, un hombre al que nada le brinda el exterior solo el trino de los pájaros y el aroma, un hombre cautivo, solo escuchar y oler de los sentidos más refinados, no necesitan de la acción. Lo leeré.

    ResponderEliminar
  2. Jope, Icíar! No había leído esta reseña, y ya lo siento. El libro tiene una pinta estupenda, no me extraña que lo presentes en el concurso de Aventarte! Lo tendré en cuenta. Suerte!

    :ii y un besico!

    ResponderEliminar
  3. SUSANA:
    Podría ser unos cuantos ejemplos de cómo una sociedad despedicia talentos. Bien pudiera haber entre algunos de estos taxistas talentos desperdiciados :2t por la necesidad de dedicar todos los esfuerzos a sobrevivir.
    ¡Qué bien que te guste! :g

    ResponderEliminar

¡Gracias por comentar!, porque si la lectura nos lleva hacia una comunicación escogida y caprichosa, saber que tú también estás ahí, que eres cómplice en el camino, reconforta el espíritu.

¡Bienvenido/a a "Los mil y un libros".!