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Escritora: Elena Poniatowska
"Querido Diego, te
abraza Quiela", es el excelente trabajo de corte biográfico
que sobre la pintora rusa Angelina Beloff (Quiela) realiza esta
escritora.
Tomando como punto de
partida la información que esta autora obtiene de diversas fuentes,
la escritora recrea por medio de 11 cartas de ficción un período
especialmente duro para la pintora: Diego Rivera, el reconocido
pintor mexicano, el que fuera su marido durante diez años, la ha
abandonado para no volver jamás. Finaliza el libro con una última
carta, la doceava, aunque ésta sí es real, ésta sí fue escrita
por la pintora.
Son todas las cartas de
coherente y profundo contenido psicológico, en las que queda
reflejado de forma magistral, desnuda, y muy descriptiva el
sufrimiento y doloroso vacío y quiebro de personalidad, que esta
relación primero y pérdida después debió producir en la pintora.
Y es que estamos ante una
relación que nació desequilibrada desde los inicios. Él pasó a
constituir el sentido mismo de su existencia, su alimento, y en esta
dependencia emocional la pintora de talento se perdió a sí misma,
ella decidió adorarlo, ser “la esclava”, someterse. Y esto me
recuerda a lo que otro dios – Picasso - una vez dijera a propósito
de las mujeres: "Para mí,
sólo hay dos tipos de mujeres: diosas y felpudos".
De esta forma, son
protagonistas del libro, no tanto ella como su sufrimiento; así como
la figura de Diego Rivera que como una presencia ladrona monopoliza
todo el espacio, y es que ahí aparece él, como un dios que engulle
pasionalmente la vida, que vuela libre, salvaje, sin
condicionamientos culturales. Se trata de un personaje pleno y vital,
y que probablemente por esta misma razón atrae a los demás, como
vampiros en busca de alimento de esa vitalidad desbordada.
"Nunca he podido
manifestarme en la forma en la que tú lo haces; cada uno de tus
ademanes es creativo, nuevo, como si fueras un recién nacido, un
hombre intocado, virginal, de una gran e inexplicable pureza".
Me
despido con un párrafo que especialmente me ha gustado. Estando él
viviendo en Europa no se deja deslumbrar por el pensamiento dominante
europeo, y dice:
"Aquí
solo Juan Gris es mulato y lo esconde afirmando que es español. Lo
que tiene de bueno es lo que tiene de negro, lo malo es lo que le
queda de blanco. Se hace pasar por español porque los metropolitanos
franceses malmiran a los hispanoamericanos, pero ya quisieran los
pálidos, los arrugados europeos, caminar con la gracia felina del
trópico; que un rayo de sol incendiara y coloreara su piel desabrida
y lacia. ¡Qué vieja, qué polvorosa, qué herrumbre la de Europa,
Angelina!"
NOTAS:
- Diego Rivera viaja a París en 1907. Conoce a Angelina (Quiela), se casan y este matrimonio dura diez años hasta que él en 1920 decide abandonar Europa. Las 12 cartas de este libro van fechadas en un intervalo muy simbólico de 9 meses: desde octubre de 1921 a julio de 1922.
- En el libro de la semana
pasada: Los navegantes del tiempo, existe una vista nostálgica al
hombre que tuvo que existir cuando "reinaban" los dioses
griegos, tiempos en que el hombre vivía sin negar su naturaleza que
de alguna forma maniatan las religiones de nuestro tiempo para que
podamos convivir. En este libro se recomendaba un libro, “Los dioses en el
exilio” de Heinrich Heine, que parece que recrea cómo hoy en día tienen que vivir
ocultos entre nosotros los dioses griegos que se regían por leyes ahora prohibidas. Con esta referencia para mí
graciosa explico porqué no me ha parecido que Diego Rivera fuera un
monstruo, ni el tirano que anuncia la contraportada del libro, sino si acaso,
uno de estos hombres, que quieren vivir sin cercenarse a si mismos.
De hecho dice la pintora de su primer encuentro: "Lo que más me impresionó de todo fue la bondad de tu mirada" ... "Y así pasaron diez años, los mejores de mi vida. Esos diez años llenos de dolor y felicidad que pasé contigo".
En la novela se viene a decir que sí parece que cumplía económicamente con los hijos nacidos de sus relaciones rotas. - A modo de broma me apetece decir: puesto que la vida no esta hecha para sufrir, dejemos a dioses y diosas retroalimentarse juntos en su Olimpo, que se maten si quieren, con sus celos, pasiones, choque de egos, exceso de vida, etc, etc. No, no parece ser algo bueno que hombre y dios convivan juntos.
Me apunto este libro, me llama la atención, aunque no me llevo muy bien con Diego Rivera.
ResponderEliminarEsther,
EliminarYo tampoco 'me pediría' un Diego Rivera por Navidad, jajaja.
Pinta bien. Me lo llevo :)
ResponderEliminarBs.
Angela,
EliminarEs un libro que está gustando muchísimo y está muy bien descrito el desamor de un amor no correspondido.
Creo que el libro te ha llegado y te ha gustado. Me parece muy interesante, y muy inteligente, como Elena Poniatowska, a través de unas sencillas cartas, puede mostrarnos tan bien esas dos figuras, como tu bien dices la divina de Diego y la humana de Quiela. Me ha gustado tu enfoque, y no, yo tampoco me pediría un Diego ni para mi cumple Jajajajaja Por cierto, la frase de Picasso me parece terrible. Has leído alguna biografía de Frida ??? Eso si que fue un choque de dioses jajajja
ResponderEliminarSusana,
EliminarLa frase de Picasso es patética, patética, pero sintièndose èl un dios, me creo esa realidad, en el juego de fuerzas, o te sometes o peleamos a muerte, como dos dioses.
Jajajaja, me río por lo de Frida, yo pensé eso mismo que has comentado de Frida. Ella era otra diosa, y así sufrieron los dos, pero no se puede decir que no vivieron con toda la gama de pasiones del Olimpo. (No he leìdo el libro pero sí vi la película de Frida, y ella me deslumbraba mucho màs que él). Menos mal que no me has pegado. Es un buen libro sí.
Saqué el libro de la biblioteca y le eché un vistazo, me pareció muy potente y que a pesar de ser corto, requería una atención especial. Al final no llegué a leerlo porque se me acumularon varias cosas, desde lecturas urgentes a falta de tiempo, y tuve que devolverlo. Pero sé que está ahí y lo volveré a pillar, ya para lectura definitiva. Aunque también te digo, que estos amores tan sumisos, tan entregados a la figura del otro como un dios y a la vez tan "vampirizantes", me ponen nerviosa...
ResponderEliminarLeí una biografía de Frida, tremendo también, no sé porqué razón ese libro ha desaparecido de mi casa, junto con otra biografía de Isadora Duncan. Debo de tener algún amigo que le gustan especialmente las biografias :)
Besos
Ana,
EliminarA mí tampoco me enternecen los amores sumisos toooodo entrega, que nada pide a cambio, más que seguir. jajajaja, entiendo y me haces reír cuando dices: "¡¡¡¡me ponen nerviosa!!!!" (a ní también) jajaja
Me gustan los libros de Impedimenta pero no sé por qué este no me termina de llamar: creo que es porque Diego Rivera nunca ha sido santo de mi devoción. Aún así, no descarto su lectura, que parece mostrar muchas cosas interesantes de la época y los personajes... 1beso!
ResponderEliminarTizire,
EliminarTe entiendo. Es interesante por lo bien que ha sabido la escritora describir la situación de este tipo de relaciones que son todo pérdida al final. Si ya las relaciones "equilibradas" tienen un futuro incierto, ..... estas ya .... empiezan con final anunciado.
Un libro que ya me atraía cuando lo ví entre las novedades de la editorial en su momento. Y con tu reseña me confirma que tengo que leerlo sí o sí.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margarí,
EliminarPor lo que te conozco, es un libro que te podría gustar, tiene mucho de poesía también.
Parece un libro interesante y además está teniendo muy buenas críticas, no lo descarto. Un abrazo.
ResponderEliminarRebeca,
EliminarEstupendo :D
Hola! Interesante historia, la dependencia es realmente complicada, uno piensa que es su todo y cuando estos se apartan, la vida se vuelve insoportable. Me lo apunto !
ResponderEliminarBesos.
Judith,
EliminarTe va a gustar y conmover seguro. Esto queda demasiado bien reflejado.
¡ahhh, nunca es bueno que hombres y Dioses convivan! los segundos envidian cuando los primeros son felices y siempre están ahí para complicar las cosas! (¿qué no están tan a gusto en su Olimpo? seguro se aburren y por eso voltéan abajo, y se entretienen con los humanos). Yo muy poco quiero a Diego Rivera. Y no porque no reconozca su talento. Pero me parece que no sabía ser leal (ya no digo fiel). Si no quieres estar con alguien ¿para qué los engaños? y si no eres suficiente para un hombre ¿para qué quedarte? (le hubiera preguntado a Frida, que mucho sufrió y mucho trató de regresarle el ojo por ojo y por poco se queda ciega).
ResponderEliminarEn fin, que me llevo tu recomendación, porque aún no he leído a Poniatowska más que un libro que me forzaron a leer en la escuela sobre el movimiento del '68.
Un beso,
Ale.
Ale,
EliminarTu patria linda, Ale. Toda una protagonista en este libro. El poder de contagio de Diego Rivera de todo lo mexicano en las personas de su círculo, y sobre todo en Quiela que llegó a adoptar como si fuese su patria.
Te diré que yo no conocía a Diego Rivera. La conocía a ella, Frida, por la pelicula, pero cuando vila película no me fijé en él. Ha sido por este libro que volví a ver la película de Frida Khalo, aunque ahora para verlo a él.
Buff qué ganas le tengo a esta autora!!
ResponderEliminarbesos!!!
Ismael,
EliminarComo escritora es de diez.