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Confesiones de un burgués



Escritor: Sándor Márai

Sándor Márai, escritor y periodista húngaro. En este libro autobiográfico, de un corto período de su vida, ya que es escrito cuando no llegaba a sus 40 años, vivirá en Hungría, la Alemania de Munich y Berlín, París, Florencia e Inglaterra. Y yo empezaría esta entrada con este párrafo de su libro:

‘En las épocas en que la humanidad se ve obligada a vivir sin un fuerte mito común, esa Historia Mundial en miniatura, la historia familiar, adquiere una importancia especial y se convierte en una fuente de inspiración particular; cada familia tiene su Olimpo y su Hades……. ’

Me gustó este libro, disfruté con él, a pesar de ser de esos que en mi mente se archivan como grises, será la época supongo; esa época de apariencias y castas sociales.
Ya sé, ya sé, que para castas las de la India, pero el motivo por el que mi mente pinta de gris esta época, supongo que será porque a la vez reinaba un áurea de elevadas virtudes, la moda humanista y la rectitud. No concuerda.


‘En realidad mi padre no había llegado a ninguna parte. Era su clase social la que había conseguido lo que tenía, la que le había llevado a donde estaba. La conciencia de pertenecer a esa clase era lo que le confería a los gestos y al comportamiento de mi padre un aire de seguridad y dignidad. Los hombres que pertenecían a su clase podían empezar el día con mayor tranquilidad’

Es un libro sincero, embaucador y lleno de reflexiones que te hacen pensar. Haces un intermedio, te preparas un té, y te ves atrapada pensando ¿cuál será mi secreto? Ese secreto que cada persona intenta proteger por todos los medios y que a la vez intenta buscar. ¿Será eso la esencia de lo que cada uno somos? ¿Lo que nos determina a actuar como lo hacemos? ¿Todo resumido en ese secreto? Sí, sí, intuyo que sí. No todos somos iguales, no a todos nos mueve lo mismo. No estoy loca, mirad lo que escribe:

‘Acababa de comprender que lo que se ve en una persona, sus palabras, sus opiniones, sus actos, sus simpatías y odios, nada de eso es igual a ella, que no suele ser más que el reflejo de algo ó de alguien…… de algo que está oculto para el mundo, de algo que vive en cada persona, aunque no sea palpable….. Empiezas a atisbar en cada persona lo que la hace única e irrepetible, ese secreto, esa distinción……. ‘ y lo que sigue ………es precioso.

Dice sobre la religión: ‘El colegio, la educación religiosa, matan poco a poco el deseo elemental por lo místico que hay en nuestro interior. La práctica de la fe no me conduce a ella. Ese respeto por la religión, esa obediencia sincera pero mecánica no tiene nada que ver con la verdadera fe, ni siquiera lo sospechamos’

‘No existe más libertad que la del amor y la de la humanidad’

A través del libro, Sándor Márai nos presenta a variopintos personajes que quedan en su memoria, a los cuales te encantará conocer, como…..:

Tenemos al escritor Georg Kaiser, ejemplo de que la genialidad no es suficiente para la obra. Para él, el deseo de acciones en la vida era más fuerte que la necesidad de la acción literaria. En su último libro escribe este Georg Kaiser: ‘La palabra mata a la vida’. Dice Sándor Márai: ‘en su caso, la vida fue la que mató la palabra’

Tenemos a la tía Mari y su corte de solteronas a modo de convento laico. En su casa quedaban recogidas todas las informaciones del resto de la familia, como un periódico, ‘allí se registraban, se catalogaban, se comentaban y se redactaban en extensos boletines preparados para la información general’

Tenemos a K y la condesa, traductores ó escritores frustrados. Enamorados el uno del otro, y ambos de la literatura y de los perros: ‘Nunca he encontrado a personas capaces de hablar con perros y con escritores con tanta humildad’

Tenemos al tío rector de la Universidad, que cuando a sus 80 años le organizan una fiesta homenaje, el mismo día manda una nota en la que se disculpa por no poder asistir porque ….. ¡no podía permitirse acortar su existencia con cosas así¡.

Termino, con una reflexión sobre el viaje, el viaje de la vida, muy apropiado después de las largas vacaciones de verano:

‘El hombre sin barreras interiores y por tanto infiel, se vuelve cada día menos exigente, viaja cada vez menos, casi se conforma con el anuncio publicitario colgado en el escaparate de una agencia de viajes que le recuerda la existencia de lo infinito’ ¿Qué me decís? ¿No es precioso?, y lo peor….. se intuye que tiene razón.

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