Novela de ajedrez

Escritor: Stefan Zweig

Novela de apenas 96 páginas, muy rica psicológicamente, y con una carga de intriga y curiosidad que te mantiene expectante hasta el final. Es de esas novelas cortas, en las que el ser predecible, desde luego, no es uno de sus rasgos.

En ella, nuestro narrador, un austriaco apasionado por el estudio de la naturaleza humana, conoce en una travesía marítima a un campeón de ajedrez, un raro espécimen, ya que salvo por esa maravillosa habilidad que lo convierte en un genio, en la que nadie puede vencerlo, no siente interés alguno, por nada ni por nadie, y es que nuestro narrador, a propósito de su observadora afición nos explica: “todas las especies de monomaniáticos, enclaustrados en una sola idea, me han interesado desde el principio, pues cuanto más se limita un individuo, tanto más cerca se halla del infinito. Se construyen, cada cual en su materia, una extraña síntesis del mundo, absolutamente sin igual”

Y claro, esta pasión del narrador por averiguar qué hay más allá de este espécimen se contagia, porque a mí me hizo sentir también la curiosidad de a dónde nos quería llevar, este escritor con su novela.

En esta necesidad de conocer al personaje, el narrador ideará varios planes para poder “estudiarlo” más de cerca. Como no podría ser de otro modo, todo conduce a que el ambiente en que se pudieran producir estos encuentros, fuese: jugando unas partidas de ajedrez.

Pero la cosa no acaba aquí, la novela nos reserva otra sorpresa, aún más intrigante que la primera, y que quizás consiga llevarse todo el protagonismo, el del “ángel salvador” que aparece para esperanza de los pasajeros y que es "capaz de calcular un jaque mate anticipándose a 9 jugadas”, y es que como si de un ordenador se tratase, será capaz de ver a una velocidad de vértigo, las combinaciones de movimientos de su contrincante, ante sus respuestas. Y de este sujeto, sí conoceremos su realidad.

Ya no diré cómo puede ser esto. Sólo decir que se hablará de las fases de las manías, con la alegría inicial, que se transforma en pasión, después en necesidad, hasta acabar en una manía.

También sabremos de la naturaleza de la mente, cuyo conocimiento ha producido sus métodos  para ser utilizados en el control del ser humano. Tenemos esa realidad de necesidad de alimento de los sentidos, de la necesidad de darle un descanso a nuestro lenguaje interior que no para nunca, y que necesita de “distracciones”, y de puntos de referencia. ¿Se puede vivir en la soledad? ¿Se puede vivir en el vacío más inmenso donde los sentidos no encuentran alimento, sin volverse loco?

Y la victoria, que no sólo depende de habilidad técnica, necesita aún más de fortaleza mental. Y de muchas más cosas ....