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Tariq Ali
Hay personajes que caen bien, que son
respetados, y que te parecen tan interesantes que te apetece conocer
poco a poco el legado que con su inteligencia nos dejaron. Edward
Said se encuentra entre uno de estos personajes que me despiertan
este tipo de interés, por eso cuando encontré en la feria del libro
este libro - que no es más que la transcripción de la última
entrevista que concedió antes de morir -, decidí llevármelo.
El entrevistador Tariq Ali, es un
escritor, historiador y director de cine, de origen pakistaní,
“amigo de Hugo Chávez”, y que yo conocía por su novela “A la sombra del granado”, que aunque no me gustó demasiado por varias
razones, - al menos en aquel entonces -, no me frenó en mi decisión
de leer esta última entrevista.
Y es que Edward Said, palestino de
origen, de presencia elegante, reflexivo, analítico, original y muy
inteligente, fue un intelectual y profesor de Literatura Comparada en
la Universidad de Columbia, “no tenía la idea real de convertirme
en profesor de Literatura, sólo quería seguir leyendo”, que nos
ha dejado un legado en sus trabajos analíticos sobre la cultura en
general y más concretamente sobre literatura y música; también
política, la crítica social y cómo no por su contribución y
participación directa en el problema árabe-israelí, entre otros
asuntos.
En esta entrevista todos esos temas son
hablados, además de contar aspectos más personales como su infancia
y formación y su sentimiento de expatriado común en todos aquellos
que por alguna razón acaban viviendo alejandos de sus propias
raíces, y para terminar, debido a su condición de enfermo de
leucemia, decir que también se hablará de la mortalidad.
NOTAS PERSONALES:
- Edward Said (1935-2003)
- Leer “Orientalismo”, es quizás su libro más valorado y que fue una fuente de discusión entre estudiosos. En el mismo se intenta demostrar que la visión occidental de Oriente Próximo fue herencia de la imagen que transmitieron aquellos occidentales que desde un sentimiento de superioridad colonial, exotizaron, vulgarizaron y distorsionaron una imagen real de ese Oriente con un resultado que él no reconocía. Se dice que a partir de aquí se iniciaron en las universidades los estudios post-coloniales.
- Leer Kim de Kipling. El retrato que hace de este libro es como para no picar. Parece que se trata de un diario de un viaje por la India con una forma de mirar la India no muy común en aquellos años coloniales de creencia de pertenencia a una civilización superior. "Percibo que Kipling siente respecto de la India lo mismo que yo lo siento hacia El Cairo". "Podías leer a Kipling y más o menos olvidarte de la parte política hasta un cierto punto, por su aprecio a los habitantes". "Hay en Kipling un aspecto casi de vagabundeo que es muy poco coherente, y que le deja fuera del canon. Jane Austen, o incluso Dickens, por ejemplo, tratan la estabilidad de lo doméstico. A Kipling eso no le interesaba".
- En literatura, sintió pasión por la literatura inglesa, y reconoce que Conrad, Kipling y Camus, se encontraron entre sus preferidos, probablemente por reconocerlos como escritores forasteros como él. Cierta afinidad inconsciente tuvo que despertarse en él, se dice. Sin embargo, no fue entusiasta de la literatura norteamericana, salvo excepciones como Moby Dick, Don DeLillo y Toni Morrison, entre otros.
- En el problema árabe-israelí fue tachado de perrito faldero de Arafat, cuando Arafat no era querido en occidente y de enemigo de la paz, cuando Arafat siendo querido en occidente, Said le dio la espalda al encontrar que se había corrompido prefiriendo abandonar la causa palestina en pos de la supervivencia de la OLP.
- No pensó que Hamas y sus ideas de un estado islámico fueran reales, para él se trataban de movimientos sin programa claro, los veía como “criaturas del momento” aparecidas como reacción al punto muerto en que se encontraba el conflicto.
- Cuando en 1970 murió Nasser, invitaron a Said a formar parte de los homenajes que se le fueron dando. Se negó. Había en él dos sentimientos contradictorios, el de admiración y aversión al mismo tiempo. Y yo me acuerdo de Mahfuz, concretamente de dos de sus novelas: "El día que mataron al líder" y "Café Karnak", el que ha leído estas dos novelas entiende que ambos sentimientos puedan coexistir.
Aunque no dudo de que sea un libro muy interesante, no es el tipo de lectura que suelo hacer. Lo que sí me recuerda es que me tengo que animar con Kipling, que lleva años entre mis pendientes, pero no termino de animarme.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margarí,
EliminarUna de las razones de ponerlo en las notas es porque no quiero olvidarme tampoco. No estaría mal plantear una conjunta en el Café Literario para el invierno que viene, ¡cómo me gusta el invierno!
Pues como te decía muy interesantes tus personajes tanto el entrevistado como el entrevistador. Y que maravillas que Notas las que nos dejas, como Margari, me sirven para recordar que tengo pendiente leer al El libro de las palabras de Kipling, pero que seguro que muy pronto me animo. Tienen buena pinta estos libros tipo entrevista en los que también hay mucho de autobiográfico.
ResponderEliminarEstupenda reseña y recomendación !!!
Susana,
EliminarEse no lo conozco, pero si tienes el título archivado en tu mente por algo será. Tengo ganas de Kim por lo que tiene de viajes, de la India, y de la visión observadora diferente al hombre de la época. El título que nombras de Kipling igual es por la destreza en el uso de las palabras, por lo que tienes de poeta. Ya me cuentas.
Icíar:
ResponderEliminarjusto ayer me leí un cuento de Kipling para niños que explica cómo es que el elefante se hizo con su trompa :D sincronicidades de la vida.
Me lo apunto. A mi tampoco me gustó el de "A la sombra del granado" creo que ni lo terminé (ahí muy al principio en que si no me gustaba dejaba el libro. Hubo una época en que esto me parecía una barbaridad...ahora pienso que si la vida no es eterna, si algo no me gusta, lo dejo ¡ya!).
un beso,
Ale.
Ale,
EliminarEstoy contigo, lo que no interese se deja y en paz, que público hay mucho y cada cual que escoja lo que le enriquece.
Kim me lo llevo también para este verano. Esas sincronicidades son geniales, jajaja. ¿Será una seña? (es broma) :D