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Las praderas del cielo

Escritor: John Steinbeck 
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"Después de las simples necesidades de vivir y reproducirse, el hombre quiere sobre todo dejar alguna constancia de su ser, una prueba de que ha existido realmente. Deja su huella sobre madera, o piedra, o en las vidas de otras personas. Este profundo anhelo existe en todos, desde en el muchacho que escribe groserías en el mingitorio público hasta el Buda que graba su imagen en la mente de la raza".

Empieza la novela con la descripción de un maravilloso valle. Tan bonito, fértil e inspirador es, que no puede más que arrancar al que lo observa sueños y sentimientos de prometedora felicidad. Un lugar aislado del mundo donde sólo la dicha puede habitar en él. Y es precisamente por esta razón que el lugar fuera bautizado con el nombre de: Las Praderas del Cielo.

Y si el foco en un principio va dirigido a esta especie de Shangri-La, va a ser a través de las diez historias que contiene la novela, el que el lugar vaya quedando poco a poco desenfocado a nuestros ojos, hasta aparecer convertido en un lugar como cualquier otro, donde los habitantes y sus conflictos, -que van allá donde van ellos -, son los que dan vida al lugar y no a la inversa.

¡Y así está bien! No sé si es por la forma tan embaucadora de la narración, o la manera en que la variedad de cualidades humanas, - buenas y menos buenas- son presentadas, con ricos perfiles psicológicos que pugnan por salir en sus relaciones entre ellos, que dentro de lo que son historias no necesariamente felices, tampoco lo son infelices. Y es que en esa desmitificación del lugar, las historias me han resultado de lo más empáticas, entrañables y tiernas. El lector no podrá más que ser benevolente con cada uno de los personajes. No hay personaje que no quede descrito desde el entendimiento de su naturaleza.

Las historias pueden ser leídas de forma independiente, pues aunque haya cierta relación entre sus personajes, no mantienen la relevancia suficiente para necesitarse unas historias de otras. Se podría decir que por esa razón se trata más que de una novela de un libro de relatos.

Y si hacemos caso a este escritor que nos dice que no debemos de ir por ahí a la caza de lugares a propósito de la búsqueda de la felicidad, también me apetece despedirme - y ya que los cita un sabio personaje del libro -  con tres autores de la antigüedad: Heródoto, Tucídides, y Jenofonte. Éste nos recuerda - y mucho tiene que ver con las historias de esta novela -:

Todo aquello de que el género humano es capaz se halla registrado en estos tres libros. El amor y la trapacería, la estúpida deshonestidad, la falta de perspicacia y la valentía, la nobleza y la tristeza de la raza. Nada puede suceder que no haya sucedido y no se haya registrado en ellos". 
 
NOTAS PERSONALES:
  1. Leer a Heródoto, Tucídides y Jenofonte. Un libro maravilloso relacionado con Heródoto y de muy fácil y entretenida lectura es por ejemplo: “Viajes con Heródoto".
  2. Averiguar si existe o no algún pueblo en California con este nombre de Las Praderas del Cielo, cerca de Sallinas, lugar de nacimiento del escritor.

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Muertos que trabajan en los campos de caña (La isla mágica)

Escritor: William Seabrook
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¡Ya está bien de filofofía (sic)! - me dicen por aquí-. ¡No es cosa clara, que todo se complica, que hay que variar un poco más! - se quejan -.

Bien, bien, estoy de acuerdo, no hay que abusar y toca relajarse, si no quiere una además que se le seque el cerebro como a un zombi. Así que me decidí a traer algo mucho más ligero, aunque aviso que va a ser mucho más inquietante.

Podría haber traído uno de esos estupendos relatos clásicos de vampiros desinhibidos y que campan a sus anchas por territorios góticos habitados por ciudadanos supersticiosos, ¡pero! finalmente me decidí por estos feos especímenes, los zombis, mucho más reales. Y que no sorprenda esto, porque si digo que a diferencia de los vampiros estos sí existen no estaría mintiendo. Ya nos avisaron de su existencia misioneros y viajeros del siglo XIX. Y para más desasosiego, si del vampiro no tenemos claro su origen, los zombissssss sí se encuentran muy localizados, exactamente en Haití.

“Muertos que trabajan en los campos de caña”,  es en realidad un capítulo de la novela “La isla mágica” de William Seabrook. Fue escrito tras vivir su propia experiencia en esta extraña isla donde Africa y el cristianismo se fusionan en exóticos e inquietantes creencias. Es el país del vudú, de ritos que ponen los pelos de punta, en el que además del sacerdote bueno, tenemos al bokor: el brujo "malo". Una fusión de tradiciones y creencias que hace tambalear la razón incluso de la mente del observador más metódicamente científica. Y no estoy exagerando.

En este relato vamos a ser testigos de la existencia de los zombis, veremos qué hacen y qué se hacen con ellos. Nuestro protagonista, un blanco habituado a escuchar diferentes leyendas sobre seres sobrenaturales, indagará sobre el fenómeno. Se sorprende del trato que sus habitantes les dan a sus muertos, los protegen “bajo sólidas tumbas de obra”. No hablan mucho del asunto. No hacen ni dicen nada. Tienen miedo, miedo de acabar ellos mismos convertidos en estos seres sin voluntad, en estos “cadáveres andantes, de expresión vacua, que miran sin ver como los ojos del muerto, sin almas ni mentes, incapaces de reconocer a padres, hermanos, esposas e hijos”, a los que se les ve trabajar como esclavos en los campos de caña. Pero ¡ojo! “como todo el mundo sabe, los zombis nunca deben probar ni sal ni carne”. Pasarán cosas.

NOTAS PERSONALES:
  1. El vudú es una religión que surge tomando elementos, tradiciones y conocimientos de sustancias de origen africano, así como elementos del cristianismo, como la creencia en un alma independiente del cuerpo. El brujo cree que deja sin voluntad al zombi al extraerle ese alma.
  2. Parece ser que la zombificación no deja de ser más que una forma de esclavitud. Un medio de lucrarse de la mano de obra. El mismol Código Penal de la República de Haití, dice en su art. 249: “También será considerado como intento de asesinato el empleo en perjuicio de otra persona de sustancias, las cuales, sin ocasionar la muerte real, producen en el sujeto un coma letárgico de duración variable. Si tras la administración de dichas sustancias la persona resultara enterrada, el acto será considerado asesinato, sea cual sea el desenlace final"
  3. El conocido antropólogo Wade Davis,  tras llegar a sus oídos un extraño caso, el de un hombre que en Haití reaparece en forma de zombi después de habérsele dado por muerto y enterrado hacía ya unos cuantos años, decide ir a Haití en busca de una explicación. Parece ser que existe toda una técnica que hace esto posible, mediante el uso de maltratos y ciertas drogas, como la tetradotoxina del pez globo, por ejemplo. Aquí un extracto de Wade Davis explicando esto:



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Justine

Escritor: Lawrence Durrell
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Justine es el primer libro de una tetralogía ubicada en la ciudad egipcia de Alejandría, es una novela que como las otras tres que le siguen, se dice que trata el tema del amor en cada una de sus formas, aunque si tengo que ser sincera, que para eso esto es personal, y como tengo que buscar una forma de sintetizar, me quedaría de toda la novela con el párrafo siguiente y así daría por terminada la presente no-reseña:

Y sin embargo yo sabía que era la postura de la penetración, de la que surgían todos los aspectos del amor que el ingenio de los poetas y los locos había utilizado para destilar las sutiles distinciones de sus filosofías”.

La novela está magníficamente escrita además de contar con  ingeniosas e inteligentes correspondencias de  culturas y corrientes de pensamiento del pasado con cada uno de los pesonajes, sobre todo los femeninos, para explicar asuntos del amor y de la sociedad.

También se nota el uso y aplicación de los filósofos a sus reflexiones, me ha parecido reconocer además de Plotino, a Kant, Hegel, Nietzsche e incluso Marx por ejemplo, así como recursos tan literarios como el de la tercera persona. Todo esto no se puede no valorar, pero a pesar de todo este interesante despliegue,  no me ha sido fácil empatizar, salvo excepciones, ni con los personajes ni con sus conflictos. Hay un egocentrismo casi de clase de una época que lo estropea, algo así como decir “en nuestros días todos los artistas están forzados a cultivar una pequeña infelicidad a la moda”, que me hace volver otra vez al primer párrafo con el que empiezo esta entrada.

Sin embargo sí que me ha parecido de lo más curioso e interesante, – y puede que por esta razón continúe con los otros tres libros – la atmósfera  para mí novedosa y que me ha resultado de lo más misteriosa, hay algo casi oculto e iniciático en la misma, y es que si por una parte se pinta una Alejandría donde “la mercadería sexual al alcance de la mano es desconcertante por su variedad y profusión”, también se dice ser “la ciudad de sectas y evangelios” , y para ello el escritor nos trae un narrador ”poeta de la conciencia histórica, y estudioso de la filosofía hermética y otros libros parecidos”.
Tenemos mitología egipcia, judía, griega y  cristiana, pero no en estado puro, sino a través de nuevas corrientes que nacieron de la mezcla de partes de ellas y que para sorpresa del lector no están desaparecidas del todo. Me refiero a la Cábala de los judíos, a la filosofía hermética, y el gnosticismo de Valentín de Alejandría, por ejemplo.

El personaje central Justine podría decirse que está construido conteniendo parte de todas ellas.

Y así como cebo, termino con un párrafo de uno de los personajes clave de la ciudad, Balthasar, iniciado de la Cábala, judío, homosexual (¿pederasta también?), y que es el título de la segunda novela de esta tetralogía:

“Alejandría es una ciudad de sectas y evangelios. Usted parece menospreciar el sincretismo. Hay que tratar de reconciliar dos polos opuestos en materia de costumbres y conducta, me refiero a la sensualidad y al ascetismo intelectual. La característica nacional de los alejandrinos consiste en que buscan la reconciliación de los dos rasgos psicológicos más profundos de que tienen conciencia. Las grandes religiones no hacen más que establecer una larga lista de prohibiciones. Pero las prohibiciones crean el deseo que pretenden curar. En nuestra Cábala decimos: cede al deseo pero refinándolo”.

Y como complemento dejo la reseña de Libros y Literatura que aporta un enfoque que puede completar el que aquí falta:  http://www.librosyliteratura.es/justine-el-cuarteto-de-alejandria.html



NOTAS PERSONALES:

Algunos de lo elementos históricos, esotéricos o misteriosos con los que cuenta:

  1. La novela se publica en 1957. Sin embargo, en 1945 se descubre en la ciudad egipcia de Nag Hamadi unos manuscritos gnósticos escritos en copto de los primeros cristianos, es decir, de aquellos cristianos que fundaron sus creencias antes de que la Iglesia “ordenara” lo que vale de lo que no vale. Concretamente estamos hablando de unos manuscritos de Valentín de Alejandría el gnóstico. Esto tuvo que llegar a oídas del escritor. El personaje de Justine mucho tiene que ver con este gnosticismo, pues según la novela Justine podría ser la Sofía de los manuscritos, que debido a la necesidad de encontrarse con el Padre, rompe las reglas y es expulsada como Lucifer quedando fuera a merced de las bajezas humanas. Por eso, es un personaje del que se dice parecer una criatura sin corazón pero que lo que pudiera parecer que le falta de corazón le sobra de alma.
  2. La idea de la mujer en la novela, tiene un enfoque que mucho pudiera tener que ver con la mujer que “gozó” de la categoría de prostituta en Grecia (las otras directamente son irrelevantes, no interesan), en todas sus variedades: cada una de las mujeres pudieran encajar en alguno de los tipos de prostitución griega. Por ejemplo: Las pornáis, que  en la Grecia clásica eran las esclavas que trabajaban en burdeles, en la novela el cabaret, y bien podría referirse a Melissa, que “había nacido para ser blanco de las fuerzas más destructoras” Otra categoría era la de Las hetairas, que eran las de más alto rango, algo así como la geisha, en ellas no sólo se buscaba el placer sexual, también el placer de la conversación inteligente. Eran las únicas mujeres del mundo griego (hay que joerse) que recibían educación. En la novela la hetaira podría cuadrar con Justine también, un personaje que no sólo va libre por el mundo de las pasiones, sino que es descrita como una mujer con “un hambre devoradora de saber, de lograr el dominio y la fuerza por medio del conocimiento, todo ello bajo apariencias sentimentales” … “rodeada de sus filósofos como la enferma se encuentra rodeada de medicinas”. La relación con los hombres de la novela iba más allá de la parte física. 
  3. La Cábala en cuanto a su concepción de una divinidad andrógina. También la Cábala  recuerda a Justine. Se dice de ella en la novela:   "De Justine diré solamente que muchas veces pensaba como un hombre, y en sus actos desplegaba en cierto modo esa independencia vertical propia de la actitud masculina".  Esto parece que será desarrollará en la segunda novela.
  4.  Y luego Clea, a la que sin darle el carácter de la prostituta del mundo griego, tampoco le da el carácter de mujer normal, le da un carácter casi de diosa, ecuánime, distanciada de las bajezas humanas, y de pensamiento certero, de hecho las descripciones de los personajes más interesantes son las que efectúa este personaje de Clea. Dice la novela de ella, “Clea fue vertida, todavía caliente, en el cuerpo de una joven Gracia, es decir, en un cuerpo nacido sin instintos ni deseos”. Otro personaje que me hace querer continuar con los libros que le siguen.





  • La filosofía hermética, que parece que se creó a partir del dios griego Hermes, y el dios egipcio Tot. Se dice ser un movimiento mitad esotérico, mitad religioso.


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    La montaña mágica

    Escritor: Thomas Mann
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    1907. En un lugar elevado por encima de las montañas se encuentra un agradable sanatorio al que acuden a curarse de la enfermedad variedad de pacientes. Entre ellos se encuentra nuestro protagonista, un joven alemán conocido como Hans Castorp. Es mediocre - como muchos lo somos-, aunque eso sí,  curiosidad y ganas por aprender las cosas de la vida y de la muerte, de su tiempo y del tiempo, no le faltan.
    Siete años pasará allí este Hans en "busca de luz", alejado del más-abajo-espacio, donde los acontecimientos de la historia de los hombres se suceden uno tras otro hasta un destino que reventará en el drama de su tiempo: la IGM y la revolución rusa.

    Así que, acompañaremos todo el rato a este “maleable” joven que tomará contacto consigo mismo y con otros personajes diversos, sacando a relucir un sin fin de temas que serán debatidos y reflexionados, como: la enfermedad, la muerte y lo espiritual; la enfermedad como respuesta a nuestras ataduras; la percepción del tiempo y el tiempo mismo; la naturaleza del hombre, de la voluntad de poder y del devenir de la vida; el deber; la superficialidad; la elección entre la no acción de oriente frente a la acción de occidente; el catolicismo y su vinculación histórica con lo político frente a la postura más mística del protestantismo; la creación de los estados y sus consecuencias; la francmasonería; los nacionalismos; el trabajo y el ser humano; el significado real de individualismo y dignidad humana ..... el futuro de la humanidad …. la postura que Alemania ha de adoptar como centro de Europa … ¡stop, stop! ¡tengo que parar! ¡tal es la riqueza de la novela! porque encima luego están las relaciones que se efectúan entre corrientes filosóficas, como por poner un ejemplo, hacer una vinculación del concepto de individualidad que existía en el Romanticismo con la que existía en la Edad Media, diferente del concepto de individualidad que la razón de la Ilustración impuso ...
    http://originalmasterworks.com/product/settembrini-and-naphta/
    Imagen de http://originalmasterworks.com/

    Como con todo no se puede, dentro de querer elegir con lo que me quedo en esta primera lectura, me quedo con el enfrentamiento a muerte, de dos de los personajes de la novela: "el humanista" de Settembrini y "el princeps scholasticorum" de Naphta. Son dos mentes brillantes, con criterio meditado, que como pasara con las dos hermanas de la novela de Coetzee “Elizabeth Costello” representan a dos etapas diferentes de la Historia, y que aquí se miran de frente para debatirse, criticarse y desnudar sus realidades más profundas. Se trata del enfrentamiento de el humanismo del Renacimiento y la Ilustración frente al pensamiento de la Edad Media. Dos puntos de vista radicalmente opuestos que enriquecerán al lector.

    Y ya que nos encontramos ante una novela de las que según palabras de Doris Lessing cuenta con una cualidad filosófica, como explica en su novela “El cuaderno dorado”, me apetece despedirme con una frase maravillosa que aparece en la tumba de Kant: 
     
    Hay dos cosas que llenan mi mente cada vez más con más admiración y respeto: el cielo estrellado encima de mí, y la ley moral dentro de mí". 

    NOTAS PERSONALES:



    1. Publicada en 1924, es decir ya había sucedido la revolución bolchevique y la IGM. Se empezó a escribir en 1912 y la terminaría sobre en 1920. Thomas Mann (1875-1955) 
    2. El personaje de Settembrini es el personaje del filósofo humanista, al enamorado del ideal del hombre, completo en sí mismo, acorde a su naturaleza. No hay distancia entre el hombre y la Creación porque todo en él es naturaleza. El Renacimiento libera al hombre de la oscuridad, para traerlo a un mundo en el que él es la medida, y que utiliza la Razón (de la Ilustración) para ordenar este mundo a través de los Estados democráticos … ¿Pero en qué se basa esta Razón? Para Settembrini, en el deseo del hombre de un perfeccionismo hacia el ideal democrático universal, la bien intencionada razón que establece el derecho natural y de gentes por encima de cualquier otro interés. Esta idea sustituye a la idea de salvación del alma del otro personaje destacado de la novela, Naphta.
    3. El personaje de Naphta es el personaje del filósofo de la Edad Media, más realista al considerar al hombre dividido: una parte del mismo, la material gobernada por sus instintos y deseos; la otra parte mira hacia arriba, en busca de ideas más elevadas. Tiene una visión del mundo mucho más negativa, más acorde a “la voluntad de poder” de Nietzsche. Y por tanto como los pensadores de la Edad Media encuentra una diferencia abismal entre la Creación y el hombre. También busca una forma de gobierno, pudiera estar de acuerdo con el Estado, pero siempre que no fuera democrático ni tampoco burgués, pues cree que los estados que ha traído el humanismo, al contrario que lo que dice buscaba la Iglesia, tienen como eje central lo que es útil al hombre pero en sentido material, el dinero es su emperador último. Los estados en poder de la mentalidad burguesa cuya Biblia es la doctrina económica.
    4. El nacionalismo será para Settembrini un estado necesario intermedio para su sueño de una República democrática universal, al igual que para Naphta lo será el terror de la rebelión del proletariado para restablecer los valores medievales religiosos que destronen del lugar que ahora ocupa la doctrina económica, la especulación, y el negocio de la usura. Esa rebelión del proletariado será la que recuperará los valores no mercantilistas que el espíritu religioso de principios de la Edad Media (Clásica) contenía. Como vemos, ambos justifican el terror por causas determinadas, las suyas. Así, Settembrini justificará las guerras nacionalistas, y Naphta el terror bolchevique. 
    5. De broma digo que como ambos son filósofos, pues así va la cosa, todo acaba en la confusión, donde ya no sabes a quién corresponde cada una de  las etiquetas  …. que una cosa es teoría de un pensamiento y otra la realidad y su interpretación. Así vemos, que ellos defienden su pensamiento con el ideal de ese pensamiento; para que el contricante descomponga ese ideal sacando a relucir lo que ha sido o fue  la materialización real del mismo en su parte más negativa.
    6. Me guardo aquí los apuntes de la pelea dialéctica a muerte entre Settembrini y Naphta. Pinchad aquí mismo para el que lo necesite.
    7. Conclusión final: Volver a leer en un futuro cuando tenga yo un poco más de cultura; volver a volver a leer en un futuro posterior cuando se tenga otro poco más de cultura, volver a volver a volver a leer …. ¡Tal es la gran cantidad de referencias y relaciones que esta novela contiene! Infinidad de otras cuestiones que habrá que dejar para cada una de esas otras relecturas, si la muerte, claro está, nos concede unas cuantas prórrogas más.