Escritor: Henry James
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1874, a la ciudad mágica de Florencia,
un inglés, muy inglés de 52 años decide volver para desenterrar el
"secreto oculto" que para él, desde hace 27 años, encierra esta
ciudad, y del que últimamente no consigue deshacerse. Se mantiene
soltero, moral, ordenado y situado, aunque también algo aburrido, de
hecho de forma muy graciosa se pregunta que ¿qué es lo que le hace
tontear con ese pasado como si de alguna forma estuviera cometiendo
"una infidelidad con su presente"? ¿no ha
obtenido con todas sus decisiones que creía tan racionales una
tranquila felicidad? ¿no es verdad, "que está obligado a
describirse a sí mismo feliz? prefiere esquivar dicha obligación".
jajaja. Es ingenioso.
Fue en Florencia donde conoció a la
condesa italiana del 'secreto' que había apartado de su memoria.
Poseía esta mujer unas características desconcertantes, si las
comparamos con la actitud que mantienen las inglesas.
Desplegaba la condesa una naturalidad,
que por natural le resultaba insincera, era además inteligente y
perspicaz, atractiva y llena de una sencilla honestidad. Pero todo
esto, que sin dejar de ser sospechoso, le resultaba tan peligroso como
las redes del vampiro lo son para sus víctimas.
¡Pero! pasa que estos viejos recuerdos
son los únicos recuerdos de los que de forma contradictoria intuye
nuestro hombre maduro que pudieran haber contenido una felicidad que
él habría podido dejado escapar.
Así nuestro protagonista, sabemos que
en el pasado, se tambaleó entre la irresistible atracción y
admiración, que dicho ser, con todo su ser le hablaba a su corazón;
con la contradictoria desconfianza que le dictaba una razón presa de
la mentalidad y moral victoriana. ¡Gracias a Dios, nuestro
"original" protagonista supo escapar! ¿qué fue aquella
huida: "un acto de sabiduría, de cobardía o sencillamente un
error"?
Para averiguar algo más, el lector ha
de saber que nuestro protagonista se topará con dos jóvenes,
perfectos 'álter ego' de lo que él y su condesa italiana fueron. El
joven, también será inglés; y la joven condesa italiana será hija
de la otra. Pasarán cosas, habrán dudas, saldrán aclaraciones del
pasado, nuestro maduro inglés seguirá desde la experiencia
advirtiendo, hasta que el diario se cierra con un: "¡pero qué
descubrimiento tan encantador para un hombre de mi edad!".
NOTAS PERSONALES:
- Al principio de meterme en esto de la lectura, me encantaba el siglo XIX, sobre todo por todos aquellos exploradores que se lanzaron a recorrer el mundo para deleitarnos con sus descubrimientos que nos destapaban culturas tan diferentes, así como cartografías que rellenaban mapas hasta entonces vacíos; luego me fui desencantando por la forma en que estaba concebida la sociedad, tan autocomplaciente en las alturas, y tan miserable en las 'bajuras'. No parece que haya otra época con tanta hipocresía como la del siglo XIX, tan puritana, tan exigente con lo-que-debe-ser, y tan retorcida al mismo tiempo, probablemente por tanta exigencia de contención. Algún día leeré "El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde", aunque no porque busque cómo queda expuesta la dualidad del ser humano, sino por la existencia de estos dos mundos que la exageración en la conducta, en las apariencias, y que los excesos en la rectitud y la moral, todo tan extremo, crea -como pasa con los pies vendados de las chinas- que igual que los dedos se convierten en horribles muñones, la tranquila naturaleza humana se vuelva más viciosa que los mismos vicios. Al final llegué a la conclusión que del siglo XIX me gustaban los individuos que se iban (los exploradores) jajaja, y no tanto los que se quedaban (con su afición a las colecciones, a las visitas sociales, y a las apariencias); y ahora ya ni eso, porque parece que de estos descubrimientos que se hicieron, luego vendrían saqueos y abusos coloniales cuyas consecuencias arrastramos hasta hoy. Pero hay que ser un poco más positiva, por suerte está el té, por ejemplo y muchas más cosas que ahora mismo no se me ocurren.
- En la novela se lee la mentalidad misógina de la sociedad. La exigencia sobre ellas es durísima, incluso sobre indicios se juzga. Los prejuicios que recaen en todos, en ellas es sofocante. Con ellos cabe, si los juicios son negativos, el que bien pudiera haber cierta subjetividad, sobre todo si hay una mujer por medio. Es curioso, que haya tantos buenos escritores que pasaran por alto que mucho del comportamiento de la mujer venía derivado del limitado campo de acción que se le permitía. Se las juzgaba por la posible doblez en el despliegue de sus 'encantos', cuando sólo contaban con estos para poder sobrevivir, ya que necesitaban por fuerza la protección de un hombre, por no tener no tenían ni derechos de propiedad.
- Es también curioso ver cómo se describe dentro del pensamiento de la época, precisamente al pensamiento inglés como el más riguroso, admitiendo que en otros países, aunque fueran también víctimas de esta mentalidad, tenían más parcelas de libertad. Esto también se ve por ejemplo en novelas como, “La edad de la inocencia”, desarrollada en EEUU, pero con personajes que arrastran la herencia anglosajona de la que proceden, en referencia a un personaje femenino que se educa en París y provocaba la desconfianza por su un-poco-más-libre forma de pensar. Aquí sobre los italianos se dice: “tienen unos horarios verdaderamente extraordinarios”, ya que las veladas de los florentinos se alargaban hasta las tres de la madrugada.
- La novela, más que novela es más bien relato, porque ocupa unas 90 páginas del tamaño de la mitad de una hoja de libro normal.
- Leer algún libro que desprenda el oxígeno de mi siglo, como: "También esto pasará" de Milena Tusquets.
Hola guapa! Hacía mucho que no pasaba por aquí pero veo que sigues tentándonos con buenas lecturas. Al menos para mí tiene buena pinta ;-) Me ha gustado eso de la mentalidad misógina de la sociedad. Muy interesante.
ResponderEliminarBesos!
Narayani,
EliminarSí, supongo que vale como retrato de una época.
Que curioso, no hace nada leí de este mismo autor La heredera!! Y a él me llevó Madame Bovary, quizá porque había leído que para Vargas LLosa eran dos de sus libros favoritos. Y visto lo que cuentas de este relato, bien podría decirse que por los mismos lares anda este relato. Uan descripción de ese mundo asfixiante en el que las mujeres vivían, es más, podríamos decir que como Flauvert, nos lleva al terreno de lo malo que son las lecturas románticas para "las mujeres" que les lleva a ser bonachonas y débiles... En fin, que te entiendo, que hay que venir al Siglo XXI porque cualquier mirada atrás no es buena para nosotras, otrOs fueron los aventureros, las mujeres, desgraciadamente, solo viajaban a través de los libros que les dejaban leer. Pues nada, yo me voy a leer algo sobre la historia de la cerveza en España, que por lo menos beber, hemos bebido jejjeje Me ha gustado tu no-reseña sorpresa!!!
ResponderEliminarSusana,
EliminarBueno, aquí no pone a la muje blandita exactamente. La desconfianza viene más por el lado masculino, un miedo a dejarse atrapar en algo que va a poder con él. Uffff, ¡pero qué poderosas que somos! Jajaja.
La historia de la cerveza en España ¿dices? Jajaja, te espero entonces, va a ser una buena excusa para beberla :P
Es que la sociedad del siglo XIX tiene telita... Pero que me gusta cuando es bien plasmada por un autor y se percibe la crítica y la ironía en ellos... Ays, como me gusta Wilde... Y tengo en mente releer Jekyll y Mr Hyde, que la leí siendo muy jovencita y creo que se me escaparon muchas cosas en esta lectura.
ResponderEliminarY sí, este libro me lo llevo bien apuntado.
Besotes!!!
Margarí,
EliminarTengo pendiente a Austen que tanto gusta, pero es que tengo prejuicios con esos trajes de época, jajajaja. Tendré que recetarmelo como cura, ¿no dicen que leer cura los prejuicios? Jeje
Hace tiempo leí otra reseña y me lo apunté, y como otros tantos libros se ha quedado en una lista inteminable. Me ha encantado el blog , me suscribo!!
ResponderEliminarSi quieres pasate por el mío, solo estoy empezando pero bueno...
http://yourbookisyourlife.blogspot.com/
Anna,
EliminarBienvenida, y te deseo una buena aventura con este blog que dices que has recién inicado. Tiene muchas cosas buenas :D
¡ahh como me has hecho reir con esto: "Al final llegué a la conclusión que del siglo XIX me gustaban los individuos que se iban (los exploradores) jajaja, y no tanto los que se quedaban (con su afición a las colecciones, a las visitas sociales, y a las apariencias); y ahora ya ni eso, porque parece que de estos descubrimientos que se hicieron, luego vendrían saqueos y abusos coloniales"!
ResponderEliminarQue no es para reir: la sociedad como dices, era muy complaciente con lo que consideraban suyo (y suyos) y muy abusivos con lo que era extraño. Muy poco ha cambiado la naturaleza humana, pero creo que algo hemos mejorado. (No rompas mi burbuja).
Espero que estés disfrutando mucho de tus vacaciones,
Un beso,
Ale.
Bibliobulímica,
EliminarEspero volver con fuerzas tan renovadas que hasta encuentre de lo más tentador reencarnarme en el siglo XIX, aunque cruzando los dedos para que me coloquen en el bando divertido, jeje.
No, no romperé tu burbuja, si acaso, intentaré contagiarme de tu visión :D
Otro beso.