Escritora: Marjane Satrapi.
En estos días tan movidos en Irán, me acordé de este libro.
Es un libro escrito a modo de cómic, muy, muy ameno, y a la vez contiene una descripción que entiendo muy valiosa de lo que ha sido la historia de Irán desde un poquito antes del derrocamiento del Sha de Persia, hasta la instauración de la República Islámica del Ayatolá Jomeini.
Es verdad que nunca hubo una fiesta tan grande cuando esto pasó, pero en ella se explica lo que el pueblo pensaba que iba a significar ese cambio de régimen y lo que después resultó ser.
Con el libro yo entendí el porqué de cómo en este país que transmite al mundo entero una visión de un país cerrado en una religión asfixiante, con una postura agresiva hacia occidente, y sin embargo, al mismo tiempo, se encuentran en este mismo país las fuerzas renovadoras más importantes quizás de todo el mundo islámico.
Precisamente, esos jóvenes que salen ahora a la calle reclamando justicia en el proceso electoral, encuentro que lo están haciendo de una forma muy inteligente, salen clamando: Allahu Akbar -Allah es el más grande-, dando un mensaje de que en realidad no hace falta estar en contra o a favor de lo religioso, eso es cosa de gobiernos, es decir, Allah también es el más grande para aquellos que abogan por un país más libre, más justo y más civilizado.
Os pongo unas viñetas para que os hagáis una idea de este valioso libro.
Y os cuento una cosa graciosa, que yo también me copié: Marjane, muy a menudo se acostaba con su abuela, a la que adoraba, y cuando se acurrucaba junto a ella, se preguntaba el porqué de que su abuela oliera tan bien. Hasta que una noche, observándola mientras se cambiaba, se dió cuenta que de su sujetador caían unos pétalos de flores.
Me despido con otra viñeta:
La búsqueda del alma humana la posibilidad de elegir, la imposibilidad de que un dios ( en minúscula ) nos gobierne, dios solo como asesor personal, nunca colectivo y aquello del romano, a dios lo que es de dios y al cesar lo que es del cesar, ¡ Laicismo !, dios constreñido solo al territorio de la persona.
ResponderEliminarBueno, ya estamos con la eterna guerra. Creo que hay que respetar a los pueblos. No se puede pretender que una cultura sea como la nuestra, ó que la nuestra sea como la de otros. Y supongo que a partir de aquí intentar entender hacia dónde les lleva la evolución. No se puede pretender que un pueblo cambie de forma radical su cultura. Las culturas tienen que ir asimilando los cambios poco a poco. Yo creo que eso es la forma natural.
ResponderEliminarA eso me refería con la resistencia inteligente. Para llegar a todos no hace falta agredir, porque en realidad no es necesario. ¿Qué necesidad habría de echar por tierra la creencia que algunos pudieran tener?
Este párrafo que tu pones, supone una resistencia muy poco inteligente, pues ya de entrada se observa una superioridad.
De todos modos, era una interpretación mía. Cuando los vi por la calle diciendo Allahu Akbar - para eso sé un poquito de árabe- jajajaja. Pensé: ¡qué listos¡, esa es la mejor forma de legitimar las libertades y la justicia que se pide. Aunque igual si me escucharan los manifestantes dirían: ¿ésta de qué habla? ¿es que es tonta?
Pero en fin para que luego no me digas que no escucho lo que quieres decir, te digo, sí: religión y política no deben de ir de la mano. Deben de pertenecer a esferas separadas. No hay otra forma de garantizar las libertades de la gente.Pero para nosotros esta creencia ya es algo muy superado. Entre otras cosas, porque si uno quiere mantener la parte bonita de una religión...... mejor que esté bien separada de lo político, eso tan susceptible de manipulación y corrupción.
ResponderEliminarPuede que ellos piensen que esa es la raíz de nuestros males, pero nosotros pensamos que precisamente esa es la raíz de sus males. Con toda seguridad, el que una religión se mantenga inmaculada dentro de los intereses de la política.... es una utopía.
En fin, no he desvelado nada nuevo. ¿A que estamos de acuerdo? Por eso lo he dicho, para no estar discutiendo todo el rato sin sentido.
Yo me refería a otra cosa.
¿Y qué habrá desencadenado todo este rollo que acabo de soltar? ... lo de Dios en minúscula. Para los creyentes Dios es Dios con mayúsculas, siempre. Y no seré yo la que les diga que Dios se escribe en minúscula.
ResponderEliminarHola Icíar, ando por aquí mirando un poco las entradas anteriores a mis visitas, hoy ya asiduas a tu blog, y veo que ya habías reseñado esta gran obra de Marjane.
ResponderEliminarYo también escribo Dios, Ala, etc.. con mayúsculas.
Y también estoy conforme con separar religión y política; pero dándole a la política un fuerte componente ético.
SUSANA:
ResponderEliminarSi es que coincidimos en muchas cosas :a
¡Menuda batallita que ya no me acordaba! jajaja
Un abrazo :p