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No se me puede acusar de no cumplir,
no. Y es que no hace ni quince días que se le concediera a Alice
Munro el Nobel de Literatura 2013 y aquí estoy, cumpliendo, aunque hay que
reconocer que mucha culpa la tiene el Café Literario, que como viene
siendo habitual cada año con el Nobel, nos estrenamos rápido,
ansiosos de probar.
Se dice que Alice Munro había obtenido
este premio por su maestría en los relatos. Al principio esto me
decepcionó un poquito, porque no siendo yo enemiga del género, no
me gustaba tanto como para ponerme a buscar un autor de relatos.
Pero probamos, y si con los primeros
relatos, aún valorándolos no llegaban a entusiasmarme, conforme iba
avanzando, y la escritora iba tocando otros temas, me fui animando,
hasta el punto de haber encontrado en estas últimas noches uno de los
mejores y más agradables momentos del día.