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Estupor y temblores



Escritora: Amélie Nothomb

Si Sánchez Dragó es un apasionado de la cultura japonesa, aquí tenemos a Amélie Nothomb que nos descubre un Japón menos idílico, a través de su experiencia laboral en una empresa, “la mayor empresa del universo”, según sus divertidas palabras, que a mí me sorprendió mucho, y además me divirtió.

Dice Amélie: “En Japón la existencia es la empresa. Se trata por supuesto de una verdad que ya ha sido descrita en numerosos ensayos de economía dedicados a este país. Pero existe un abismo entre leer una frase en un ensayo y vivirla”. “El japonés tiene como dogma la total sumisión a la autoridad, le está prohibido defenderse contra lo que viene de arriba”.

Toda forma de resistencia, es para el japonés un acto de sabotaje, “tan odiado que ni siquiera tienen palabra, usan la palabra francesa, ya que hace falta ser extranjero para imaginar una bajeza semejante”


En esta divertida “epopeya”, Amélie será repartidora de correos, fotocopiadora inútil como forma de castigo. Y tras hacer un trabajo de estudio de mercado excelente, todo se le complicará mucho. Será tachada de ladrona de trabajo, acción despreciable. “Éramos unos traidores, inútiles, serpientes, malvados, y el colmo del colmo, unos individualistas”. “Significa anteponer la vanidad personal a los intereses de la empresa, lo cual es un rasgo occidental”
Y así empezará su escalada al ascenso, a partir de aquí será desplazadora-volteadora de calendarios, pésima contable, hasta llegar al clímax laboral: limpiadora de los retretes.
“!Qué hermoso era vivir sin orgullo y sin inteligencia! Hibernaba!”

Especial mención a la reflexión sobre la rígida educación japonesa, dice Amélie:

“Si por algo merece ser admirada la japonesa y merece serlo, es porque no se suicida. Conspiran contra su ideal desde su más tierna infancia. Moldean su cerebro: si a los 25 años todavía no te has casado, tendrás una buena razón para sentirte avergonzada, si sonríes perderás tu distinción, si tu rostro expresa algún sentimiento, te convertirás en un ser inmundo….” “Estos preceptos resultarían anecdóticos si no la emprendieran también con la mente. Porque en resumidas cuenta, la estocada que a través de todos estos dogmas incongruentes se ha asestado a la nipona es que nada bueno debe esperar de la vida .....No esperes que la vida te dé algo, porque cada año que pases te quitará algo. Ni siquiera aspires a una cosa tan sencilla como alcanzar la tranquilidad, porque no tienes ningún motivo para estar tranquila. Aspira a trabajar……” “Tienes la obligación de tener hijos, a los que tratarás como dioses hasta los 3 años, edad en la que de repente los expulsarás del paraíso para alistarlos al servicio militar, que durará desde los 3 años hasta el día de su muerte…” “ Será mejor que no le ames: eso te permitirá asistir con indiferencia al naufragio de sus ideales, porque tu marido todavía los tendrá. Le habrán hecho creer que sería amado por una mujer. No obstante pronto se dará cuenta de que no le amas. ¿Cómo podrías amar a alguien si tienes un molde de yeso en lugar de corazón? Te han inculcado un espíritu demasiado calculador para poder amar. Si amas a alguien, significa que no te han educado bien…” “Si te sirve de consuelo debes saber que nadie te considera menos inteligente que un hombre……” “No hay salida. Existe uno, sí. Un único camino al que tienes pleno derecho, a no ser que te hayas hecho cristiana, tienes derecho a suicidarte. En Japón es sabido que el suicidio constituye un acto de gran honor”

“Japón es el país con la mayor tasa de suicidios. Y lo peor es que a escala mundial esta gente son privilegiados”.

Me despediré con una frase que me hizo reír y que a partir de ahora, cuando vea a alguien enfadado que se acerque a mí diré:
“Avanzó hacia mí con Hiroshima en el ojo derecho y Nagasaki en el izquierdo”.

7 comentarios:

  1. El único que he leído de Nothmob. Me gustó mucho, y sin duda volveré a leerla en un futuro.

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  2. Pues sí, a mí de vez en cuando me gusta coger uno de ella. Son originales, relajantes, con humor, y muy inteligentes. Me aligeran, la verdad.
    :g

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  3. .... se me olvidaba: mi regalo de bienvenido :t

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  4. Qué curioso este libro de Amelie!!! Tampoc yo he leído nada más de ella, y fíjate si he tardado en leer este, pero el Club de lectura me ha empujado a ello. Me ha gustado mucho, creo que no solo nace de sus propios setimientos (ya que dicen que es muy autobiográfico) sino que hay mucho de estudio y observación de esa sociedad, está claro que sin adoración, de fomra bastante objetiva, sin esos edulcorantes que nos suelen poner quienes escriben sobre esta cultura. Probablemente regrese cuando lo hayamos desmigajado en el Club, para contarte algo más. De momento me quedo con esa imagen de la viloación verbal que tanto me ha impresionado ¡Que bueno que lo tengas reseñado, así podemos comentar ! jejjeje

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    1. Susana,
      La escena de la violación verbal es muy inteligente por parte de Amélie. Se habla de la parte física, pero está esa otra parte psicológica, de sometimiento, de asesinato incluso. Qué bien que lo traigas porque creo que no lo dije en esta no-reseña, y me parece que es importante que quede, (aunque sea para nosotras, jajaja). Esta escena me pareció que había que resaltarla con posterioridad, a propósito de un libro de Coetzee: Desgracia. Es con ese libro que entendí mucho mejor a lo que se refería Amélie cuando equiparó esas vejaciones verbales con una violación.

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  5. Se me olvidaba!!!! Decidimos leer este libro porque se supone que Ameié es la heredera de la forma de escribir de Marguerite Durás... Yo creo que sí lo es.

    P.D.: Me ha encantado venir a leer una reseña tuya de 2009!!!!

    Besicos

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    1. Susana,
      No lo veo mucho. Pero yo es que sólo he leído de Marguerite Durás, "El amante". A mí me resultan muy diferentes en su forma de escribir, aunque ambas sean mujeres nada convencionales, muy inteligentes y muy de lengua fgansesa (sic) :P. A Marguerite la encuentro más de contar un mundo interior que no se suele contar, y a Amélie, no cuenta de esa forma su mundo interior, tan de forma tan desnuda. Es en comparación como más reservada, pero es muy crítica, directa y observadora con lo que le rodea, más diría que Marguerite Durás. La primera puede ser de lectura más difícil y la segunda más fácil, si acaso, me parecen magníficas las dos, pero las encuentro muy diferentes.

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