Escritor: Markus Zusak.
¿Qué decir de este libro?.... Me gustó, sí, me gustó.
Es uno de esos libros que quizás estén hechos para el público adolescente, pero que un adulto puede leer disfrutándolo. En mi caso, como un intermedio en la lectura de los libros que en realidad me atraen …. para ese refresco ¡Qué mejor que un cuento, un bonito cuento!
El narrador del libro es la muerte, el escenario de la historia: la Alemania nazi de la II Guerra Mundial, la protagonista una niña huérfana de 12 años, niña pero a la vez adulta, que es recogida en un hogar alemán de adopción; los padres adoptivos entrañables, el vivo y divertido amigo del barrio también, y …. algún secreto guardado en el sótano de la casa, en él se guarda un secreto, el amigo judío, pero también en él la niña disfruta de su obsesión, los libros.
La historia del libro resulta tierna y agradable, pero a la vez histórica, las descripciones de las calles y las vidas de las gentes, la presión política, … son como fotografías, casi como una película. Me gustó.
La ladrona de libros es la etiqueta que la propia muerte le da a la niña. El libro, ese objeto por el que la niña siente una inexplicable atracción, y que se convierte de alguna forma en su fortaleza. Y el descubrimiento de las palabras, como contraposición al poder que tuvo Hitler a través de las palabras.
Una cita del libro (habla la muerte):
“Cuando empezó a escribir su historia, se preguntó por el momento exacto en que los libros y las palabras no sólo comenzaron a tener algún significado, sino que lo significaban todo. ¿Fue al ver por primera vez una habitación llena de estanterías abarrotadas de libros? ¿Ó cuando Max Vandenburg llegó a Himmelstrasse con las manos repletas de sufrimiento y el Mein Kampf de Hitler? ¿Fue por leer en los refugios antiaéreos ó quizá por la última procesión hacia Dachau? ¿Fue el árbol de las palabras? Tal vez nunca pueda precisarse cuándo y cómo ocurrió pero, en cualquier caso, estoy anticipándome a los acontecimientos. Por ahora, debemos repasar los inicios de Liesel Meminger en Himmelstrasse y el arte de ser una Saummensh”
El otro día, estuve en una charla en la CAM de un hombre de ciencia, Jorge Wagensberg, hablaba sobre la incertidumbre, dijo que: " Progresar es ganar independencia respecto de la incertidumbre del entorno ", por tanto cuando lees, progresas. Alabo tu inquietud.
ResponderEliminarGracias, querido, te devuelvo el cumplido ¿Sabes que Jorge Wagensberg suele salir muy a menudo como contertulio en "El Gabinete" de Julia Otero?
ResponderEliminarAquí va un link en el que él sale:
http://www.ondacero.es/OndaCero/play/G_2370311/5076537/2021877
No había leído esta reseña, así que me ha sorprendido la elección de este. Por cierto, que he leído como los tres primeros capítulos... Y sí, tiene muy bena pinta para compartirlo con mi hija (si la convenzo jejeje :D )
ResponderEliminarEspero no olvidarme de venir a contarte lo que me ha parecido al terminarlo
Besicos !
Susana,
ResponderEliminarEs muy bonito, y original. Pudiera llegar a pensarse que el recurso de los libros es algo ya muy visto en la literatura, y que es un fácil cebo para atraer a los lectores que ya de por sí son lectores. Pero es muy original. Y es de esos libros que al pasar el tiempo y recordarlos se te produce una sensación agradable de forma automática. A tu hija le encantará, y a ti más aún, jajaja. El escritor es un artista, desde luego.